Una realidad que aterra

Endangered, documental de este año que se proyectó en la 20 edición del Festival de Cine de Morelia, es un punto de reflexión obligado para nuestras sociedades porque retrata la situación actual del periodismo frente a la llamada posverdad y porque pone la atención de esta realidad, conocida en el medio, entre periodistas y comunicadores, incluso políticos, para ser conocida también por la sociedad.

Nuestras sociedades se están volviendo cada vez más polarizadas, en parte porque los grupos políticos han sacado provecho de los medios sociales maximizado el impacto de la mentira para que, por convenir a sus intereses electorales y partidistas, sea asumida como una “verdad”, pero no cualquier “verdad”, sino una que se tiene por veraz bajo una especie de dogma de fe y que genera un abismo casi irreconciliable con otros grupos sociales que tienden a poner dichas informaciones en duda.

Ante tal panorama es difícil, casi imposible, que los medios y las informaciones verificadas salgan bien libradas ante los ojos de quienes no quieren ver.

De la máxima expresión de esta crisis y sus consecuencias es que trata el documental “Endangered”, literalmente traducido “en peligro de extinción”.

“Inútiles pedazos de escoria”, gritaban personas encolerizadas a los periodistas los momentos posteriores al discurso de Trump en noviembre de 2020, asegurando que la elección había sido manipulada, a la vez que pateaban cámaras y micrófonos. ¡Hasta nunca noticias falsas! clamaban a la par que quemaban los equipos de televisión. Algunos camarógrafos fueron empujados y tirados al piso…en una escena impensable en “América, el país de la democracia”, del premio Pultizer, del escándalo Watergate.

La posibilidad del engaño y la manipulación no es algo nuevo, pero los alcances y nivel de afirmación social a informaciones falsas que hemos visto en los últimos tiempos en todo el mundo sí son inéditos.

Si a esto se suma el desprecio por la actividad periodística que se manifiesta desde las más altas tribunas del Estado, desde los discursos de personajes públicos, desde las palabras de gobernantes y candidatos y la nula o poca protección de la profesión en lugares como nuestro país donde la violencia y homicidios en contra de periodistas se ha vuelto una práctica recurrente (en este año han muerto, en relación a su profesión, casi dos periodistas por mes en promedio), entonces sí, es posible que hablemos de una profesión en peligro inminente.

“Un año en la vida de cuatro periodistas que trabajan en México, Brasil y Estados Unidos, donde la libertad de prensa siempre se ha dado por hecho. Mientras las salas de redacción cierran, prolifera la desinformación y los líderes mundiales reprimen la libertad de expresión, los reporteros Patrícia, Carl, Sáshenka y Oliver enfrentan circunstancias desgarradoras más propias de estados autocráticos que de democracias funcionales”. Así se presenta el documental.

Para abordar este tema también deberíamos mencionar el acallamiento, la autocensura de los medios y periodistas, tanto por el temor, como por la necesidad del financiamiento público que suele ser un procedimiento oscuro y, por decir lo menos, arbitrario.

El efecto de este trabajo fílmico es y debe ser terrible para el que lo vea: un panorama desolador donde la actividad periodística ha perdido credibilidad, reputación, respeto y valor en sociedades en las cuales se supondría que este trabajo es fundamental para que las personas podamos ejercer una serie de derechos, para empezar el de estar informados para decidir y participar en la fiscalización de nuestros gobiernos. De otro modo, vivimos en la ceguera o miopía, situación que sólo conviene a quienes, a través de nosotros, logran sus cuestionables propósitos políticos.

Vía de escape. María Fernanda Matus Martínez
Vía de escape. María Fernanda Matus Martínez

Written by Vía de escape. María Fernanda Matus Martínez

Soy una comunicadora experimentada, que disfruta y aprende durante el viaje. He sido periodista, estratega de comunicación para empresas públicas y privadas.

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